Es muy difícil poder cambiar estas actitudes si no son tomadas a tiempo. Seguramente cuando fue niño también él fue abusado y ahora repite esta conducta. Acá se comprobaron cinco delitos, pero fue absuelto en el caso de las chicas del Abasto y ahí ya había informes negativos por parte de los psicólogos del Poder Judicial. Indicaban que no había arrepentimiento, que eran personas capaces por saciar lo que deseaban y no importaba cómo lo podían obtener. Es muy difícil que una persona así pueda no reincidir en estas conductas abusivas, porque tienen que tener conciencia de error. Cualquier persona, desde que asume que hizo algo dañino, puede revisarlo. Hay que ver si él está en condiciones de revisar eso. Hay que trabajar con culpa, responsabilidad y castigo. Debe comprender que hubo un daño que ocasionó y, por lo tanto, tiene que haber un castigo. La responsabilidad es hacerse cargo. A partir de que asuma esto, puede empezar a revisar su conducta a través de un tratamiento psicológico. Dicen que cuando se trata de personas que abusan sexualmente de otras, en este caso de niñas, es mucho más difícil. En los pabellones de Villa Urquiza hay psicólogos. Habría que ver si el tribunal en este caso le ordena la asistencia. Y que además de entrar a la cárcel y cumplir una condena haga una tarea cuyo trabajo sea, por ejemplo, destinado a ayudar a las víctimas. Porque pensamos cómo resocializar al agresor, que está muy bien, pero también hay que pensar cómo ayudamos a esas niñas. ¿Por qué no vemos que el trabajo que realice vaya en beneficio de sus víctimas? Sería sanador para ellas y para él. Enmendar de alguna manera el daño ocasionado, y qué mejor que con alguna tarea que ayude a la víctima.
Enmendar el daño ocasionado
Lucía Briones, abogada.